sábado, 11 de julio de 2009

Yo todo lo arreglo con Sirupe



Yo todo lo arreglo con Sirupe (osea Syrup o miel de maple pa los paisas). Todo!! Y cuando digo todo es todo. Las zucaritas piratas que no tienen nada de dulce, el café cuando no tengo azúcar y es demasiado amargo, los hotqueis a huevo!! Es más hasta las bisagras de las puertas, pa que ya no rechinen (namás que ya no se pueden abrir o cerrar).

Mi cambio de Montréal a Toronto fue no muy tormentoso. Dormí varios días en hostal y luego conseguí un cuarto como a media hora de mi trabajo que tomé más por desesperación, que por una buena elección.

Mi cuarto, del que pago o pagué 300 dolarukos por un mes, es horrible, bien machín rrín. Parece una celda de cárcel medieval, aunque un poco más moderna, con papel tapiz azul cielo y figuras de ramillete, horribles. Parece de cartón, todo acá es de cartón, las casas, los edificios, los coches… y hasta las cajas son de cartón. OooOohh mi dios.

Afortunadamente tengo una ventanita como de 50 por 40, por la que entra un poco de aire y luz. Pero como estoy en un basement o sótano, namás me llegan las sobras de aire y luz de la calle. Mi ventana es una coladera callejera por la que entra lo necesario para mantener este cuchitril sin olores desagradables. Eso. El olor es la única diferencia entre este cuarto y una coladera. Es más ya hasta me convertí en un monstruo, namás mira, me puse verde y feo.

En mi último día montrealense hablé a Langolino, el restaurant en donde ahora trabajo y donde trabajé el verano pasado, y me dijeron que Megan, la dueña todopoderosa de Langolino, me había enviado un mensaje en Feisbuk diciéndome que me necesitaba desde el sábado, osea esta llamada era ya del domingo. Entonces que dizque había contratado a alguien más porque no había llegado!!!! No mames!!! Me estaba cagando, no lo podía creer, además ya tenía comprado el boleto a Toronto, chale, y además no era cierto porque siempre estaba al pendiente de mi mail, feisbuk y todo. Luego mi interlocutor e intermediario Rolando, un súper compa mexicano del que luego contaré, me dijo: “pero dice Megan que te vengas mañana y estés aquí temprano a las cuatro.” Como siempre entraba a las cuatro pues pensé que me iban a necesitar de inmediato. Tomé el primer camión a Toronto y llegué super puntual. Ese día el restaurant estaba cerrado. Mop!!, pero bueno ahí estaba el Chef, Ern (un africano con carrera en Canadá, medio pendejo que nomás habla pura bullshit), y pues ya hablé con ambos y quedamos en que empezaría el miércoles,. El martes echaron al otro bato. Mal pedo, pero así es la vida. Tuve suerte.

Ese lunes había un wine tasting, y vino un bato que dizque muy acreditado, que nos enseñó alrededor de 8 o 10 vinos diferentes y con qué comidas los podíamos ofrecer. También supimos degustar un vino, conocer su aroma, su color y sabor y otros etcéteras más. Además el bato trabajaba para el Jimador y nos regaló una playera a cada uno jajajaja con el logo del Jimador. Pensé: qué mamada.

Al final salí súper borrachito del restaurant, con unas 8 copas de vino jeje y con trabajo. Súper rico. Y regresé al hostal. Qué más podía pedirle a la vida en ese momento.

4 comentarios:

  1. Queeeeeeee!!!!!!!!!!! Te pusistess bieeeen feoooo!!!!!

    Qué fuerte que en Toronto las cajas sean de cartón. En Montreal las cosas no eran así, ¿te acuerdas, compadre?

    ResponderEliminar
  2. Es buen karma no? a pesar de todo mujer fea. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
  3. jajajajaa, gracias chulo, ya sabes que nuestro amor no tiene fronteras jejeje.
    Sarola, que tiempos aqu'ellos cuando las cajas eran de carton tambien

    ResponderEliminar
  4. angieee me da gusto saber que ya estas trabajando y lo del hostal, da gracias que de menos ahi no asustan y que tienes el sueño pesadisimisimo tu podrias dormir encima de una bicicleta hahahaha, te extrañamos por acá regresa para ir a defe anda =D

    ResponderEliminar